Sonrío al recordarte,
al volver atrás en el tiempo. Cuando
tú y yo no éramos más que una pila de sueños,
vivos y eternos.
Despertamos juntos,
mamando de cada teta que rozara nuestros labios
desperezándonos sin remedio ni conciencia,
sin freno adulto que interrumpiera el mundo creado,
sin castigos ni problemas. Sin razón.
Ahora,
que el tiempo se ha hecho dueño de nuestro sino,
te recuerdo con la añoranza de no completar nuestra meta,
de no alcanzar aquello que nos prometimos
y nunca fue. De aquello
que quedó dentro y no salió hacia océanos pacíficos
de destemplanza y miedo.
Sonrío frente al espejo
y me reconozco
como también reconocería tu rostro,
tus manos y hasta tu pequeña cabeza.
La noche es dada a la reflexión. Pienso, sueño, me expreso. Protesto también. Siento.
lunes, 28 de noviembre de 2011
jueves, 17 de noviembre de 2011
Internet y el poema de mi abuelo
Internet. No me es imprescindible, ciertamente. Es más, no lo veo como una herramienta fundamental como nos quieren hacer creer. En cuanto uno intenta profundizar en algún tema se encuentra que la red está vacía. Me recuerda, en cierto modo, a la vieja enciclopedia de Plaza&Janés con la que estudiamos mis hermanos y yo y que aun conserva mi padre. Me recuerda porque tiene miles de entradas y muy poca información. No sé cómo los estudiantes se ayudan de este medio para hacer los trabajos del cole. Bueno, sí lo sé. Todas las páginas dicen lo mismo pero, para mayor desesperanza, se copian unos a otras palabra por palabra, coma por coma.
Internet. Algunas cosas sí son aprovechables: la comunicación entre personas, aunque sea de forma no presencial, determinada información, llamémosla no intelectual ( sin sentido peyorativo ), la gestión de asuntos que antes hacíamos por teléfono y otras menos importantes. Una de estas últimas me regaló algo emotivo que llevaba años queriendo lograr. Mi abuelo me recitaba un poema que él recordaba de su juventud. Nunca pude averiguar de quién era. Él no lo sabía. Leí, pregunté, recité mil veces por si alguien lo había escuchado o leído alguna vez. Nada. Internet me regaló descifrar el misterio. Lástima que mi abuelo se fuera para siempre sin saber el autor. No me dio tiempo.
Triste flor, ¿dónde naciste
terrible y dura suerte,
que al primer paso que diste
te encontraste con la muerte?
El dejarte, es cosa triste;
arrancarte, es cosa fuerte;
y dejarte con la vida
es dejarte con la muerte.
Lillian Moro
Internet. Algunas cosas sí son aprovechables: la comunicación entre personas, aunque sea de forma no presencial, determinada información, llamémosla no intelectual ( sin sentido peyorativo ), la gestión de asuntos que antes hacíamos por teléfono y otras menos importantes. Una de estas últimas me regaló algo emotivo que llevaba años queriendo lograr. Mi abuelo me recitaba un poema que él recordaba de su juventud. Nunca pude averiguar de quién era. Él no lo sabía. Leí, pregunté, recité mil veces por si alguien lo había escuchado o leído alguna vez. Nada. Internet me regaló descifrar el misterio. Lástima que mi abuelo se fuera para siempre sin saber el autor. No me dio tiempo.
Triste flor, ¿dónde naciste
terrible y dura suerte,
que al primer paso que diste
te encontraste con la muerte?
El dejarte, es cosa triste;
arrancarte, es cosa fuerte;
y dejarte con la vida
es dejarte con la muerte.
Lillian Moro
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Crisis
Hoy la crisis ha tocado a uno de los míos. Ha dejado de trabajar sencillamente porque alguien que ni siquiera conoce, ha decidido que el trabajo desempeñado es prescindible en estos momentos tan malos. Supongo que será por desconocimiento de la materia pero... en el paro. Eso sí, la promesa que pronto volverán a contar con él.
Las puertas se cierran con llaves hasta una nueva partida presupuestaria. Nadie tocará nada. Todo quedará parado hasta el ansiado regreso. Parado.
Estos tiempos están sirviendo para recuperar el sentido común. Ya quedan pocos que creen en el actual sistema. Son pocos los que creen en los políticos, en los mercados, en los resultados después de tanto esfuerzo. ¿ Toda la culpa la tuvo el derroche ? ¿ Sin derroche salimos a flote entonces ?
Hoy le ha tocado a uno de los míos. Mañana podrá ser otro. La austeridad en el empleo es una contradicción que quieren convertir en verdad. ¿Sobran personas o falta capacidad de gestión ?
Las grandes depresiones económicas me dan miedo porque la Historia nos enseña que todo vale. No todo vale ni siempre es mejor el camino más corto. Más que poner parches, se debe empezar a estudiar nuevos modelos económicos que se adapten a la sociedad y no al revés. Nunca en la Historia de la Humanidad hemos alcanzado este estado de bienestar. No debemos renunciar a él. Debemos buscar el camino para mantenerlo. Los recortes sociales y la destrucción de empleo no es el camino verdadero. Existen otros que quizás no interesen a los capitalistas pero ¿estamos en democracia ? ¿no deben los políticos velar por los intereses de la ciudadanía ?
Hoy ha sido uno de los míos. Espero verlo pronto en su puesto de trabajo. Nadie ama su profesión como lo hace él.
Las puertas se cierran con llaves hasta una nueva partida presupuestaria. Nadie tocará nada. Todo quedará parado hasta el ansiado regreso. Parado.
Estos tiempos están sirviendo para recuperar el sentido común. Ya quedan pocos que creen en el actual sistema. Son pocos los que creen en los políticos, en los mercados, en los resultados después de tanto esfuerzo. ¿ Toda la culpa la tuvo el derroche ? ¿ Sin derroche salimos a flote entonces ?
Hoy le ha tocado a uno de los míos. Mañana podrá ser otro. La austeridad en el empleo es una contradicción que quieren convertir en verdad. ¿Sobran personas o falta capacidad de gestión ?
Las grandes depresiones económicas me dan miedo porque la Historia nos enseña que todo vale. No todo vale ni siempre es mejor el camino más corto. Más que poner parches, se debe empezar a estudiar nuevos modelos económicos que se adapten a la sociedad y no al revés. Nunca en la Historia de la Humanidad hemos alcanzado este estado de bienestar. No debemos renunciar a él. Debemos buscar el camino para mantenerlo. Los recortes sociales y la destrucción de empleo no es el camino verdadero. Existen otros que quizás no interesen a los capitalistas pero ¿estamos en democracia ? ¿no deben los políticos velar por los intereses de la ciudadanía ?
Hoy ha sido uno de los míos. Espero verlo pronto en su puesto de trabajo. Nadie ama su profesión como lo hace él.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Apatía
Las noticias de la crisis pierden interés. Dejamos de hablar de economía, casi de política. Estamos en un estado inerte en el que sólo el despido de un colectivo nos despierta del letargo creándonos cierta angustia. Si no hay esperanzas, si no se ve ningún resultado de los esfuerzos de un pueblo, si se pierde la ilusión y se sospecha que aun no hemos llegado al fondo del abismo, nos refugiamos en la apatía. Quién cree a estas alturas que el nuevo presidente que salga el próximo veinte de noviembre, reestablezca el bienestar perdido.
La falta de ilusión, el dolor establecido, el cansancio, los caprichos que escapan al sentido común, la incredulidad en los dirigentes... nos hace desconectar del mundo refugiándonos en la literatura, en el cine, en el deporte o en cualquier entretenimiento que nos haga evadirnos de la realidad.
Este agotamiento me recuerda a los dramas que cada cierto tiempo nos televisan. Dónde quedaron las noticias de Irak y Afganistan, de la hambruna del África negra, de los desastres naturales de América o Asia y de la crisis nuclear de Japón. Nos aburre hasta nuestra propia desgracia. ¿ Será un mecanismo de defensa o, sencillamente, no interesa insistir en lo mismo ?
La falta de ilusión, el dolor establecido, el cansancio, los caprichos que escapan al sentido común, la incredulidad en los dirigentes... nos hace desconectar del mundo refugiándonos en la literatura, en el cine, en el deporte o en cualquier entretenimiento que nos haga evadirnos de la realidad.
Este agotamiento me recuerda a los dramas que cada cierto tiempo nos televisan. Dónde quedaron las noticias de Irak y Afganistan, de la hambruna del África negra, de los desastres naturales de América o Asia y de la crisis nuclear de Japón. Nos aburre hasta nuestra propia desgracia. ¿ Será un mecanismo de defensa o, sencillamente, no interesa insistir en lo mismo ?