La única mujer de celuloide que me enamoró.
Ahora, pasado muchísimos años, me digo que tampoco la chica era tan perfecta como los monstruos prefabricados que saca ahora la industria de Hollywood. Era lo que había y, claro, yo también estaba en plena pubertad y ella seguía al pie de la letra mis cánones de belleza. Admiradora Secreta y, sobre todo, Lori Loughlin dejaron una profunda huella en mí que el tiempo casi me borra.
La noche es dada a la reflexión. Pienso, sueño, me expreso. Protesto también. Siento.
miércoles, 29 de febrero de 2012
sábado, 25 de febrero de 2012
Lágrimas y princesas
Las canciones son a veces puñeteras. Te traen recuerdos que creías olvidados, te despiertan sentimientos que ya no existen, que perecieron ya por el paso del tiempo y, sin embargo, se presentan ahora más bellos que nunca, sin la pobreza del presente. Los años adornan los momentos y los hace más intensos y hermosos. Siempre ha sido así.
Una canción apareció en el spotify por causalidad, por el dichoso tic, enfermizo quizás, de ir saltando de artista a artista y de canción a canción, buscando no sé qué, cosas perdidas, palabras de otros tiempos. Y así, sin quererlo, escuché los acordes de un piano que me transportaron al año 92, a una discoteca que se encontraba cerca de casa, a un rincón oscuro junto a una amiga, Marita, que escuchaba pacientemente mis penas de amores, mis lamentos por el amor perdido, mientras compartíamos una helada maceta de cerveza.
Escuchas, Marita, esta canción parece escrita por mí, no le falta ni le sobra una palabra, dice todo lo que siento. Y Marita, entre sorbo y sorbo, me animaba con poca convicción, quizás porque sabía que lo mío con aquella chica era cuestión de tiempo, quizás fuera porque no conocía a mi amada, quizás porque la música y el alcohol incitaban más al baile y al desenfreno que a la nostalgia y a los lloriqueos de un maltrecho enamorado. Pero, cómo controlar el ahogo, la angustia, la presión que te oprime el pecho que apenas te deja respirar. Cómo evitar los lamentos, la rabia, el ridículo, el morir en vida. Cómo despegar toda esa maraña de acciones y sensaciones que le nublan a uno los sesos.No hay fuerza mayor que la del amor no correspondido. Es capaz de todo.
Afortunadamente, todo acabó bien, al menos a corto plazo. Terminé la noche borracho y feliz, y a las pocas semanas volvieron los besos tan ansiados y llorados. Cuánta razón tenía Marita y sus inocentes ánimos. Llámala y dile que la quieres, que no puedes vivir sin ella. Que no te quedan lágrimas.
Una canción apareció en el spotify por causalidad, por el dichoso tic, enfermizo quizás, de ir saltando de artista a artista y de canción a canción, buscando no sé qué, cosas perdidas, palabras de otros tiempos. Y así, sin quererlo, escuché los acordes de un piano que me transportaron al año 92, a una discoteca que se encontraba cerca de casa, a un rincón oscuro junto a una amiga, Marita, que escuchaba pacientemente mis penas de amores, mis lamentos por el amor perdido, mientras compartíamos una helada maceta de cerveza.
Escuchas, Marita, esta canción parece escrita por mí, no le falta ni le sobra una palabra, dice todo lo que siento. Y Marita, entre sorbo y sorbo, me animaba con poca convicción, quizás porque sabía que lo mío con aquella chica era cuestión de tiempo, quizás fuera porque no conocía a mi amada, quizás porque la música y el alcohol incitaban más al baile y al desenfreno que a la nostalgia y a los lloriqueos de un maltrecho enamorado. Pero, cómo controlar el ahogo, la angustia, la presión que te oprime el pecho que apenas te deja respirar. Cómo evitar los lamentos, la rabia, el ridículo, el morir en vida. Cómo despegar toda esa maraña de acciones y sensaciones que le nublan a uno los sesos.No hay fuerza mayor que la del amor no correspondido. Es capaz de todo.
Afortunadamente, todo acabó bien, al menos a corto plazo. Terminé la noche borracho y feliz, y a las pocas semanas volvieron los besos tan ansiados y llorados. Cuánta razón tenía Marita y sus inocentes ánimos. Llámala y dile que la quieres, que no puedes vivir sin ella. Que no te quedan lágrimas.
viernes, 3 de febrero de 2012
O no
Si aplicamos lo comentado en la anterior entrada, la censura, no nos enteraremos de la mitad de las cosas que nuestros gobernantes y famosos hacen en las altas esferas. Gracias a la opinión popular, se puede presionar, por ejemplo, al poder judicial. ¿ Garzón? ¿Camps? Pues no, es cierto. Al final hacen lo que les da la gana. Con los indignados se manipuló los medios de comunicación al ver que era imposible esconder debajo de la alfombra tanta gente. Lo convierto en vagos y maleantes y proyecto la misma fuerza que lleva en su contra. No lo consiguieron del todo porque es tan obvio el asunto que por mucho maquillaje que le eches, huele a podrido. Eso sí, la causa principal de la crisis mundial son los 2500 euros por maternidad. Eso sin duda. No miremos a las multinacionales ni a los bancos, sino a las medicinas gratuitas a los pensionistas, a los funcionarios y a la economía sumergida de mi vecino el taxista.
Me retracto y que opinen las personas en los comentarios a las noticias de prensa, aunque quede todo infectado de intereses oscuros, malsanos.
Me retracto y que opinen las personas en los comentarios a las noticias de prensa, aunque quede todo infectado de intereses oscuros, malsanos.
jueves, 2 de febrero de 2012
Sospechosas opiniones
De unos años para acá, he visto como los periódicos han encontrado un filón con la opinión de las noticias. Cualquier suceso puede ser comentado por cualquiera guardando el anonimato. Esto, que podría entenderse como un paso más hacia la libertad de opinión, ha derivado en algo muy peligroso. Todos los días aparecen comentarios que llegan al insulto, a la acusación infundada y a los intereses ocultos o no tan ocultos de gente política oculta detrás de un "pepito grillo".
El señor alcalde es un chorizo que no para de robar de las arcas municipales. Este podría ser un ejemplo de comentario. Protegido por el anonimato del firmante, se osa a cometer este tipo de acusaciones sin ningún tipo de pudor ni vergüenza. Seguramente detrás esté un individuo afiliado a un partido político de la oposición o, simplemente una persona que siente rencor hacia el alcalde en cuestión por cualquier motivo no dicho.
¿Debería de existir una censura? Yo entiendo que en estos casos sí, que el periódico asuma la responsabilidad de esas opiniones. O, mejor aun, que los tertulianos deban registrarse y mostrar su nombre. Cuando Arturo Pérez Reverte llama "gilipollas" a una persona cualquiera, él sabe que puede ser llevado al juzgado inmediatamente. ¿Valiente? Creo que sí. Mediante el anonimato se tiende más a la mentira y al disparate, a la cobardía también. Seguramente, si aparecieran sus nombres reales debajo de cada opinión, los comentarios serían más medidos y fundados y habría muchos que callarían sus bocas.
El señor alcalde es un chorizo que no para de robar de las arcas municipales. Este podría ser un ejemplo de comentario. Protegido por el anonimato del firmante, se osa a cometer este tipo de acusaciones sin ningún tipo de pudor ni vergüenza. Seguramente detrás esté un individuo afiliado a un partido político de la oposición o, simplemente una persona que siente rencor hacia el alcalde en cuestión por cualquier motivo no dicho.
¿Debería de existir una censura? Yo entiendo que en estos casos sí, que el periódico asuma la responsabilidad de esas opiniones. O, mejor aun, que los tertulianos deban registrarse y mostrar su nombre. Cuando Arturo Pérez Reverte llama "gilipollas" a una persona cualquiera, él sabe que puede ser llevado al juzgado inmediatamente. ¿Valiente? Creo que sí. Mediante el anonimato se tiende más a la mentira y al disparate, a la cobardía también. Seguramente, si aparecieran sus nombres reales debajo de cada opinión, los comentarios serían más medidos y fundados y habría muchos que callarían sus bocas.