domingo, 6 de noviembre de 2011

Apatía

     Las noticias de la crisis pierden interés. Dejamos de hablar de economía, casi de política. Estamos en un estado inerte en el que sólo el despido de un colectivo nos despierta del letargo creándonos cierta angustia. Si no hay esperanzas, si no se ve ningún resultado de los esfuerzos de un pueblo, si se pierde la ilusión y se sospecha que aun no hemos llegado al fondo del abismo, nos refugiamos en la apatía. Quién cree a estas alturas que el nuevo presidente que salga el próximo veinte de noviembre, reestablezca el bienestar perdido.
     La falta de ilusión, el dolor establecido, el cansancio, los caprichos que escapan al sentido común, la incredulidad en los dirigentes... nos hace desconectar del mundo refugiándonos en la literatura, en el cine, en el deporte o en cualquier entretenimiento que nos haga evadirnos de la realidad.
     Este agotamiento me recuerda a los dramas que cada cierto tiempo nos televisan. Dónde quedaron las noticias de Irak y Afganistan, de la hambruna del África negra, de los desastres naturales de América o Asia y de la crisis nuclear de Japón. Nos aburre hasta nuestra propia desgracia. ¿ Será un mecanismo de defensa o, sencillamente, no interesa insistir en lo mismo ?

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