viernes, 23 de septiembre de 2011

Y ahora qué

     Y ahora qué... así terminaba la película protagonizada por Robert Reford "El Candidato".  Y ahora qué.
     He vencido, sí, pero con un cierto saborcillo agridulce, del que deja a gente por el camino. Sólo tres podían ganar y lo logré, rompiendo encuestas pero sin clamor unánime. Agazapado en silencio alcancé el maldito Olimpo de los que deciden la vida de otros, de los que en despóticas negociaciones se saben sabedores de las necesidades del prójimo, de los gozan de la inmunidad de los atentados patronales, de los que tienen una para ganar y otra para no perder pero siempre vencen.
     Soy electo, hablaron las urnas. Como representante de los trabajadores me debo a ellos. Los escucho, les doy ánimo, los mimo y hago lo que me da la gana... ¿ Cambiaré ? ¿ Terminaré siendo uno más de tantos ? ¿Me quedaré ciego, sordo, manco quizás? Si alguna vez presento esos síntomas, por favor, comunicádmelo y dejaré esa silla a alguien con buena fé. No quiero pactos con el Diablo. Fausto marchó hace tiempo.
      Sólo quiero abrir entre la maleza un camino limpio que aunque no sea un hermoso paseo, al menos se encuentre a salvo de la codicia y el pesimismo.

     
     Y ahora qué, pues ahora mucho.

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